quinta-feira, 22 de novembro de 2012

2 poemas de Oliverio Girondo


 
Oliverio Girondo


Pedestre


No fundo da rua, um edifício público aspira o fedor da cidade.

As sombras quebram o espinhaço nos umbrais, se encostam para fornicar na calçada.

Com um braço preso à parede, um farol apagado tem a visão convexa da gente que passa de automóvel.

Os olhares dos transeuntes sujam as coisas que se exibem nas vitrinas,
afinam as pernas que pendem debaixo das capotas das carruagens.

Junto à beira da calçada um quiosque acaba de engolir uma mulher.

Passa: uma igreja igual a um farol. Um bonde que é um colégio sobre rodas. Um cão
fracassado, com olhos de prostituta que nos dá vergonha só de olhar e deixá-lo
passar.

De repente: o vigilante da esquina detém de um golpe de batuta todos os tremores
da cidade, para que se ouça um só sussurro, o sussurro de todos os seios a
se roçarem.


Trad. livre : LdeM




Pedestre


En el fondo de la calle, un edificio público aspira el mal olor de la ciudad.
Las sombras se quiebran el espinazo en los umbrales, se acuestan para fornicar en la vereda.
Con un brazo prendido a la pared, un farol apagado tiene la visión convexa de la gente que pasa en automóvil.
Las miradas de los transeúntes ensucian las cosas que se exhiben en los escaparates, adelgazan las piernas que cuelgan bajo las capotas de las victorias.
Junto al cordón de la vereda un quiosco acaba de tragarse una mujer.
Pasa: una iglesia idéntica a un farol. Un tranvía que es un colegio sobre ruedas. Un perro fracasado, con ojos de prostituta que nos da vergüenza mirarlo y dejarlo pasar.
De repente: el vigilante de la esquina detiene de un golpe de batuta todos los estremecimientos de la ciudad, para que se oiga en un solo susurro, el susurro de todos los senos al rozarse.

Buenos Aires, agosto, 1920






Praça


As árvores filtram o ruído da cidade.

Caminhos que se ruborizam ao abraçar a redondez dos canteiros. Idílios que
explicam qualquer coisa negligencia culinária. Homens anestesiados de sol, que não
se sabe se tem morrido.

A vida aqui é urbana e é simples.

Somente a complicam:

Um destes homens com bigodes de boneco de cera, que enlouquecem as amas-de-leite e exige delas tudo o que têm ganhado com seus úberes.

O guarda com sua bomba, que é um 'Manneken Pis'.

Uma senhora que faz gestos de semáforo a um vigilante, ao sentir que seus gêmeos
estão se estrangulando em seu ventre.


Trad. livre : LdeM


nota:

'Manneken Pis'



PLAZA

Los árboles filtran un ruido de ciudad.

Caminos que se enrojecen al abrazar la rechonchez de los parterres. Idilios que explican cualquiera negligencia culinaria. Hombres anestesiados de sol, que no sesabe si se han muerto.

La vida aquí es urbana y es simple.

Sólo la complican:

Uno de esos hombres con bigotes de muñeco de cera, que enloquecen a las amas de cría y les ordeñan todo lo que han ganado con sus ubres.

El guardián con su bomba, que es un "Manneken-Pis".

Una señora que hace gestos de semáforo a un vigilante, al sentir que sus mellizos se están estrangulando en su barriga.


Buenos Aires, diciembre, 1920


In: Veinte poemas para leer en el tranvía / 1922



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Leonardo de Magalhaens


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